Cuando tu cliente entra a tu negocio y nadie lo aborda para ayudarlo. Deberías de avergonzarte.
Bueno digamos que lo abordan.
Estamos en el ejemplo de un negocio físico con alguien que atiende el mostrador o el piso.
Hay una conversación ¿No? Se presenta, ayuda a clarificar el problema y ofrece la mejor solución. Maneja las objeciones y acompaña. Presenta testimonios y casos de uso y de éxito. Ofrece garantías y pone una oferta con limite de tiempo.
La conversación va de un lado a otro. No hay mucha estructura.
También pasaba en las ventas por teléfono.
¿Ah y has visto algún infomercial? ¿Te parece conocida la estructura del discurso?
Los que no están en el nicho de “ganar dinero por Internet” no están tan habituados a escuchar o siquiera conocer lo que es una página de venta.
Pero ella trata de emular estos escenarios.
Cuando me dicen que eso no sirve me pongo mal. Me dan ganas de aventarles una bola de boliche en la cabeza. Perdón por mi neurosis.
Una página de venta es tu vendedor más chingón.
En ella tienes testimonios, garantías, un discurso en video, imágenes, descripción del producto o servicio, regalos que aumentan el valor de la oferta, contador regresivo de oferta limitada. En fin, muchos elementos.
Y por supuesto se vuelve una página kilométrica. Y eso le molesta a los que no saben.
No seas de esas personas.