Hay muchos dueños de empresas que crecen con carencias afectivas, que son relegados desde pequeños y crean un mundo aparte. Esto nunca lo atienden ni corrigen y van por la vida con un hueco emocional muy grande.
Algunas veces lo quieren llenar con la amistad de sus colaboradores. Se quedan a jugar videojuegos después del horario laboral en su oficina u organizan eventos más relacionados con el ambiente familiar que con el empresarial: torneos deportivos o asistencia a eventos.
No me malinterpretes, creo mucho en la convivencia y en crear vínculos con la gente pero siempre debe de haber una línea bien delimitada entre amistad y trabajo, por eso:
- Empieza con elogio y aprecio sincero
- Llama indirectamente la atención sobre los errores de los demás.
- Habla de tus propios errores antes de criticar los de los demás.
- Haz preguntas en vez de dar órdenes.
- Permite que la otra persona salve su propio prestigio.
- Elogia el más pequeño progreso y, además, cada progreso.
- Atribuye a la otra persona una buena reputación para que se interese en mantenerla.
- Alienta a la otra persona. Haz que los errores parezcan fáciles de corregir.
- Procura que la otra persona se sienta satisfecha de hacer lo que usted sugiere.
En el próximo episodio hablaremos del triángulo de valor.
Bueno ventajoso esto es todo por hoy.
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Y recuerda: ¡Rífate como los grandes!