Te reto:
Detén a cualquier hijo de vecino en la calle y hablale de tu negocio. Habla de tus beneficios, tus características, tu propuesta de valor. Pueden pasar 3 cosas:
- Te sigues de largo y sigues hablando del tema con pasión,
- Te haces bolas y tratas de mantener el tema a flote.
- Te echas a correr y vas llorando con tu mamá.
Seas la persona que miente o la que recibe las mentiras. No hay mentira que dure. Si no logras la primera, deja tu negocio, en serio no te apasiona, no vale la pena.
Y no te estoy diciendo que eres alguien que miente.
La mayoría de las veces es por ignorancia y no por maldad. Yo prefiero esperar lo mejor de la gente ¿Y tú?
Los 40 minutos no son una meta, son una referencia. No digas que si alcanzas esos minutos entonces ya no mientes. Hay muchos estafadores.
No mientas.
No le mientas a tus clientes.
No le mientas a tus familiares.
No le mientas a tus amigos.
Y lo más importante: no te mientas a ti.
Deja de querer agradarle a todos (y a nadie al mismo tiempo), siempre va a haber alguien con más de lo que sea tu “precio”, siempre va a haber alguien más jodido, siempre va a haber alguien.
¿Cómo dejar de mentir?
Deja de ser cobarde. Punto.
¿Te van a criticar por no saber o por no dar el ancho, no ser el experto? Si, pero si pides tiempo y prometes una mejora continua, la gente va a esperar tu consejo, tu ayuda y tu producto.
Si no sabes algo pide ayuda. Hay gente loca que te puede ayudar a crear un plan de crecimiento para tu negocio sin costo.