Todos somos novatos en la mayoría de las actividades que nos involucramos, pero también es nuestra responsabilidad dejar de serlo lo más pronto posible y más si tu negocio depende de ello.
Cuando comencé mi jornada en la redacción de ventas y publicidad me deje guiar por todas las tácticas habidas y por haber. Desde la programación neuro lingüística hasta los primeros redactores de Estados Unidos.
Y resulta que lo que siempre reina son los principios. Esas cosas básicas que nos da flojera. Que están ahí siempre fijas esperando a que regresemos a ellos.
Y justo uno de esos principios es el siguiente:
Nuestro sentido más potente o en el que se basa la mayoría es la vista.
De la vista nace el amor, dicen.
Y justo eso es lo que tenemos que entender cuando escribimos para nuestros clientes. Ya sea un artículo, una actualización en redes sociales, un libro electrónico, y todo lo que hagas.
Tienes que crear una imagen en su cabeza.
Como esos sueños tan vívidos que nos despiertan a medianoche con sudor en la frente, la pierna izquierda temblando y con un dolor en el muslo. Como si esos maleantes con olor a tabaco y whisky te hubieran alcanzado en esa calle oscura que siempre evitas.
¿Viste lo que hice?
Aunque no te haya pasado esto tal cual te imaginas cada cosa y agregas de tu cosecha.
Aunque sea una palabra, esa palabra puede hacer la diferencia.
Así que siempre intenta crear una imagen en la mente de tu cliente tan viva que tenga que pellizcarse para despertar del trance.